El Instituto Internacional de la Prensa (IPI, por sus siglas en inglés), una red global de directores y periodistas de los principales medios de información en defensa de la libertad de prensa, condena el asesinato del periodista mexicano Julio Valdivia. El IPI insta a las autoridades a llevar ante la justicia a los culpables y proteger a los trabajadores de los medios de comunicación en uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer periodismo.
El cadáver de Valdivia fue hallado decapitado el miércoles pasado, 9 de septiembre, en la municipalidad de Tezonapa, aproximadamente a 100 km de la capital de Veracruz. El cuerpo, que yacía sobre un tramo de rieles de tren, exhibía señas de tortura causadas antes de su muerte.
El gobierno de Veracruz se ha declarado el caso como un homicidio.
También encontraron cerca de la escena del crimen su motocicleta con el logo del periódico Diario del Mundo, donde trabajaba como reportero regional. El periodista de ‘nota roja’ cubría hechos de inseguridad y crimen.
“México debería abrir de inmediato una investigación sobre el asesinato de Julio Valdivia”, ha dicho el director adjunto del IPI, Scott Griffen, “La falta de progreso en combatir la impunidad por parte del gobierno federal contribuye a un ambiente donde los periodistas pueden ser agredidos y asesinados sin consecuencias.”
Las autoridades también han confirmado que el reportero había recibido amenazas antes de su muerte.
Valdivia es el cuarto reportero que ha muerto este año.
Maria Elena Ferral, reportera del Diario de Xalapa, fue encontrada muerta en marzo, también en el estado de Veracruz, por impacto de bala.
El mismo mes, Jorge Miguel Armenta, dueño de los periódicos Última Palabra y El Tiempo de Medios Obson, también murió por impacto de bala tras salir de un restaurante en Sonora, norte de México.
El pasado agosto, el periodista de PM noticias Pablo Morrugares fue asesinado en el estado de Guerrero.
Desde el año 2000, 134 periodistas han sido asesinados por cumplir su labor en México.