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El Instituto Internacional de la Prensa (IPI, por sus siglas en inglés), una red global de directores y periodistas de los principales medios de información en defensa de la libertad de prensa, condena las detenciones ilegales de varios periodistas colombianos cubriendo las protestas en Bogotá.

El 8 de septiembre, agentes de la Policía Metropolitana de Bogotá dispararon a Javier Ordoñez 13 veces con una arma taser por violar la cuarentena. El abogado murió el día siguiente en el hospital. Tras su muerte, cientos de manifestantes salieron a las calles de Bogotá a protestar contra la brutalidad policial. Desde que empezaron las manifestaciones el 9 de septiembre, han habido 13 muertos y más de 400 heridos durante enfrentamientos policiales.

Los periodistas también han sido agredidos por parte de la Policía Nacional de Colombia. Jonathan Bock, el subdirector ejecutivo de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), ha asegurado en una entrevista al IPI que desde que empezaron las protestas “se han registrado 24 casos de violaciones contra la libertad de prensa: 12 agresiones, 4 detenciones ilegales, 3 amenazas, 1 daño a infraestructura, 3 obstrucciones y 1 violencia sexual”.

“El acoso y detención de periodistas por cumplir su labor es una grave violacion de la libertad de prensa,” ha manifestado el Director de la Defensa Periodística del IPI, Ravi R. Prasad. “Hay que iniciar una acción disciplinaria contra los policías que agredieron a los reporteros. El gobierno tiene que asegurar que estos hechos no se repitan.”

Los ataques a la libertad de prensa se acumulan

Recientemente, el periodista Diego Andrés Patiño Galindo fue agredido por agentes de la Policía Nacional mientras cubría las protestas. Aunque el joven de 19 años llevaba un chaleco que lo identificaba como miembro de la prensa, lo golpearon y lo detuvieron en la estación de Fontibón. También confiscaron su celular y cámara con los que grababa las manifestaciones. Galindo fue liberado el viernes, 11 de septiembre.

Tan sólo dos días antes, en Ibagué, tres reporteros de la plataforma digital La Otra Verdad fueron detenidos durante siete horas en la Estación de la Policía Metropolitana de la localidad tras cubrir las protestas en el Barrio Santa Helena.

Ese mismo día, Juan Pablo Pino, reportero del periódico digital PubliMetro, fue agredido verbalmente por policías mientras fotografiaba las protestas. Pino dijo que lo amenazaron con detenerlo, matarlo, y confiscar su acreditación de prensa.

el 10 de septiembre, el reportero del De Pasillo, Juan Camilo Gómez fue golpeado por dos policías mientras filmaba las protestas, aunque Gómez insistió que no estaba protestando sino haciendo su trabajo.

“En nuestra experiencia,” dice Jonathan Bock, “hay que capacitar a los policías y autoridades sobre qué es libertad de expresión, cómo se ejerce y cuál es su importancia para la sociedad. Es necesario que se aborde desde una pedagogía para contener y solventar el estigma contra la prensa, que las autoridades reproducen en sus prácticas.”